Galaxies
Because
Adrian’s paintings have always moved on, outdoing themselves, like the
galaxies in the title of the exhibition; in perpetual expansion, wishing to
get beyond, to widen the limits a bit, with little desire to stay in the same
place or to step on firm ground.
Porque la pintura de Adrián se ha movido. O se ha estirado, como las galaxias del título de esta exposición. En perpetua expansión, queriendo llegar más allá, ampliar un poco los límites que se le suponen, con pocas ganas de quedarse donde está o de pisar terreno seguro.
Porque la pintura de Adrián se ha movido. O se ha estirado, como las galaxias del título de esta exposición. En perpetua expansión, queriendo llegar más allá, ampliar un poco los límites que se le suponen, con pocas ganas de quedarse donde está o de pisar terreno seguro.
Javier Montes. Painting Paint. Madrid, 2007.
Painting paint /
Pintando Pintura
“I do writing, not stories”: Dashiell Hammet used to say and what he says may spring to mind on seeing Adrian Navarro ́s new paintings. It ́s something that goes back a long way (or that comes from afar: Adrian ́s paintings have always travelled): since the very begin- ning, in the spirit of Hammet ́s defiant words, his work has stretched between figure and background, line and colour, narrative and form. It ́s as if Adrian in his own way resolves the dilemma implicit in Hammet ́s words: paint paintings, and forget the stories.
“Yo escribo escritura, no historias”. Lo decía Dashiell Hammet, y puede venir a la cabeza mientras se ven los cuadros nuevos de Adrián Navarro. Es algo que viene de antiguo (o de lejos; la pintura de Adrián siempre ha sido muy viajera): desde el principio se ha tensado su trabajo como la frase desafiante de Hammet: entre la figura y el fondo, la línea y el color, la narración y la forma. Uno diría que Adrián va resolviendo a su manera el dilema implícito en lo que decía Hammet: pinta pintura, y no se anda con historias.
Or put in a different way, above all, his paintings tell their own story: the story of their journey, how and why they came about, where they ́re going. Because Adrian’s paintings have always moved on, outdoing themselves, like the galaxies in the title of the exhibition; in perpetual expansion, wishing to get beyond, to widen the limits a bit, with little desire to stay in the same place or to step on firm ground. You just have to see Ghost or Castaway to recognise the metamorphosis in his painting in its full process of gaseous dilation. The margin round the canvas is there for a purpose. It’s not a case of not knowing how to reach the end: it’s not through the canvas that the painting will continue to grow, but through the retina of the observer, whilst observing and after having observed. So now there is white light, ghosts and ghost-children, there are gal- axies in his titles and in his paintings: things to be seen, but not touched. Which allow themselves to be felt on emerging.
O mejor dicho, su pintura cuenta sobre todo su propio cuento: la historia de su viaje, el cómo y el por qué ha llegado hasta aquí, hacia dónde piensa dirigirse. Porque la pintura de Adrián se ha movido. O se ha estirado, como las galaxias del título de esta exposición. En perpetua expansión, queriendo llegar más allá, ampliar un poco los límites que se le suponen, con pocas ganas de quedarse donde está o de pisar terreno seguro. Basta con ver “Fantasma”, o “Náufrago”: reconocemos su pintura metamorfoseada, en pleno proceso de dilatación gaseosa. Por algo deja un margen en el lienzo. No es por incapacidad de llegar hasta el final: es que no es por el lienzo por donde seguirá creciendo, sino por la retina del que mire. Mientras mira y después de que haya mirado. Así que ahora hay luz blanca, hay fantasmas y niños fantasmas, hay galaxias en sus títulos y en sus cuadros: cosas que se ven, pero no se tocan. Que se dejan sentir cuando han llegado.
There is a wonderful joke in Annie Hall: Woody Allen as a child with trademark specs, forced by his mother to go and see the doctor; she pulls him by the ear until he confesses to the long-suffering general practitioner the cause of his illness: “I ́m worried because the universe is expanding. Infinitely.” Adrian’s painting has less of the Cartesian than that Brooklyn kid does. Such expansion and non-definition of limits does not worry him. At any rate, it encourages him to pursue his journey, after pausing here for a while, the time to rest and gather strength. As the painting travels, so Adrian travels through the painting, reclaiming the “scientific” rigour of certain isms, filtering it through the ex- periments of mediators like De Kooning, weighing up the ins and outs of colour-field painting through rough and varied calculation, half joking, half serious, with Pollock ́s all over totem painting (Myth refers to Pollock in the title, but Adrian takes his distances and purposefully produces an almost all over painting).
En Annie Hall hay un gag estupendo: un Woody Allen niño y ya gafotas visita al doctor obligado por su madre, que le tira de la oreja hasta que confiesa al sufrido médico de cabecera la causa de su enfermedad: “Estoy angustiado porque el Universo se expande. Infinitamente.” La pintura de Adrián es menos cartesiana que aquel niño repipi de Brooklyn. Esa expansión y esa indefinición del límite no le angustia. En todo caso, le azuza a seguir viaje, después de parar aquí, ahora, lo justo para repostar y tomar fuerzas. La pintura viaja, y Adrián ha viajado por la pintura: ha retomado la ingenua voluntad científica de algunos ismos, la ha filtrado con los experimentos de mediadores como de Kooning, la ha cotejado con los tanteos divergentes de la pintura de campos de color y, un poco entre bromas y veras, con la totémica pintura all-over de Pollock (Myth le recuerda en el título, pero toma distancias y se queda muy a conciencia en una pintura almost all-over).
Lest one should be mistaken: this is not post-post-modern eclecticism (whether more post or less post) of the latest style reflecting yet another London trend which could have infected him since he settled there: he knows that there will never be enough spare tyres once the journey started, and that only by doing his permeable and porous painting, borrowing from the qualities of gas which expands towards nebulous limits he would like to attain, that some opportunity will emerge to counter the anxious child confronted with a Universe that is too big.
Pero conviene no equivocarse: esto no es eclecticismo post-post-posmoderno (post más o post menos) al estilo de un último y enésimo grito londinense que podía habérsele contagiado desde que se instaló allí: lo que pasa es que Adrián sabe que todas las ruedas de repuesto serán pocas a la hora de emprender ruta, y que sólo haciendo su pintura permeable y porosa, tomando prestadas las cualidades de los gases que se expanden en las nebulosas de los confines a los que quiere llegar, tendrá alguna oportunidad frente a la ansiedad del niño que se da de bruces con un Universo demasiado grande.
So Adrian has just stuck to the best of London: its scene – like all clichés, of course – which the city has, despite all odds, providing the perfect hideout for omnivorous voyeuristic painters fully aware of how to take advantage of what London has to offer with its continued renewal over the last hundred years (as opposed to Paris, which one fine morning grew tired of playing host to the flâneurs): arriving and having a look around without a sense of committing. You can see that Adrian came and had a look. And you can see that his only serious commitment has been to his painting (something to be admired in a city which is also a covert list of As and Bs, does and don’ts, must haves and trends, requiring anyone new to fit in and declare instant affiliation.
Así que de Londres a Adrián sólo se le ha pegado lo bueno: el swing –cierto como todos los tópicos- que conserva la ciudad contra viento y marea, su condición de escondrijo perfecto para pintores mirones y omnívoros capaces de aprovechar a conciencia el ofrecimiento que Londres renueva desde hace cien años (al contrario que París, que se cansó un buen día de dar cuartel a los flaneûrs): entren y miren, sin compromiso. Se nota que Adrián entró y miró. Y se nota que el único compromiso firme ha sido con su pintura (lo cual tiene su mérito, en una ciudad que es también un laberinto subterráneo de listas A y B, de modas, musts y don´ts, y que exige enseguida filiación y partido al recién llegado).
* PAINTING PAINT. Javier Montes — Madrid, 2007